EL FUTURO DE LA UE: LAS ENCRUCIJADAS POR DELANTE

Europa ha votado. Los resultados muestran un fuerte ascenso de las fuerzas ultras y euroescépticas en el Parlamento, aunque las formaciones europeístas han logrado conservar la mayoría. Sin embargo, los Gobiernos del eje franco-alemán han recibido un duro golpe por el arrollador avance del Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen y Alternativa por Alemania, respectivamente. Esta situación ha llevado a Emmanuel Macron a convocar elecciones legislativas en Francia en una maniobra cuanto menos arriesgada. Giorgia Meloni ha ganado también en Italia y alberga la ambición de convertirse en la voz de la extrema derecha en Europa.

Ahora toca elegir los puestos europeos más relevantes, es decir, la presidencia de la Comisión, del Consejo Europeo, de la Eurocámara y de la Alta Representación de Política Exterior de la UE. La alemana Ursula Von der Leyen aspira a un segundo mandato como jefa del Ejecutivo comunitario, por lo que nos esperan semanas de negociaciones y acuerdos. El resultado final de estos procesos definirá a la Europa que debe afrontar múltiples desafíos internos y externos: desde la competitividad, la seguridad y la emergencia climática, hasta la ampliación, la migración y el papel de Europa en un orden global caracterizado por la incertidumbre, la permacrisis y la creciente rivalidad entre potencias. En todas estas políticas comunitarias, los partidos de derecha dura serán, sin lugar a duda, actores de relevancia.

Las urnas han hablado, y se abren nuevas interrogantes sobre la hoja de ruta europea y la capacidad de acción de la próxima legislatura. El futuro de la UE se presenta complejo en todos los niveles, por lo que es más necesario que nunca reflexionar, debatir y compartir propuestas. Pero sobre todo considerar los posibles caminos a recorrer, cada cual con sus oportunidades y riesgos, y con quienes se estará dispuestos a emprenderlos.