LAS NACIONES UNIDAS Y SUS FONDOS, PROGRAMAS Y AGENCIAS - Jueves 10 de diciembre de 2020

Nada más conocerse el resultado de las elecciones a la Presidencia de Estados Unidos se multiplicaron los comentarios que aventuran una mejora sustantiva para el multilateralismo y la cooperación. O por lo menos una ralentización del deterioro que se viene produciendo en los últimos años. Sin que ello vaya a suponer que las Naciones Unidas, así como sus Fondos, Programas y Agencias, puedan sortear, casi por ensalmo, las penurias y dificultades que han venido encontrando para atender sus objetivos específicos.
Esta situación de incertidumbre viene a sumarse a la que ya de por si viven las propias Naciones Unidas y que abocan a esta organización a lograr pronto una actualización adecuada a nuestros tiempos. Y que conviene que se vea acompañada por una mejora en la viabilidad o la continuidad efectiva de algunas de sus más relevantes organizaciones afiliadas. Pues algunas, como en el caso más notorio de la OMS, se enfrentan a situaciones complicadas que les acaben impidiendo cumplir con las misiones para las que fueron creadas.
Para esta sesión se han escogido algunas de las más relevantes, a sabiendas que otras, como pueden ser la OMC, ACNUR o el PNUMA podrán ser objeto de análisis cada vez que se hable de la globalización, el derecho de asilo o el peligroso y continuado daño que se le hace a diario a la biodiversidad. Pues de la evolución de los horizontes con que se vayan a encontrar la cultura y la educación, la protección de la infancia y de los migrantes o la reducción de las discriminaciones de género, dependerá, a la postre, el desarrollo humano. Y, sobre todo, la esperanza de construir sociedades decentes, donde se cumpla para cualquier persona la Declaración de los Derechos Humanos, que se aprobase tal día como hoy en París hace más de medio siglo.