POBREZA Y ACCIÓN DE LAS ENTIDADES SOCIALES

El creciente papel de las entidades sociales en la vida colectiva de los países avanzados, tanto en lo referente a acrecentar los niveles de calidad de vida en los mismos como en promover la cooperación con otras realidades exteriores, en las que las múltiples carencias hacen difícil la vida de las personas y el desarrollo humano, hace necesario considerar que papel juegan estas entidades en las iniciativas para erradicar la pobreza. Y que van desde la detección de cómo se amplían las facetas con que se presenta la precariedad en que viven muchas personas hasta promover como medir la dimensión de la fractura social que ello supone.

Estas entidades, además, mientras su acción se ve respaldada por muchas personas que trabajan y colaboran en hacerles llegar recursos para la mejora de la cohesión social, hacen propuestas innovadoras que van más allá de las prestaciones regulares que se facilitan desde las políticas públicas. Pues están mucho más cerca de las realidades individualizadas y perciben, de manera más temprana, cuáles son las nuevas necesidades. Son así, en muchas ocasiones, pioneras a la hora de adelantarse a dar respuesta a las nuevas demandas ciudadanas. Y tratan, en definitiva, con su cercanía y agilidad, de articular respuestas que palien las lógicas disfunciones de las respuestas que desde ámbitos públicos se instrumentan ante emergencias sobrevenidas. O ante crisis no previstas en programas pensados para situaciones anteriores, que ahora se ven transformadas de manera sustancial.

De esta forma la lucha contra la pobreza y la exclusión tiene en la acción de las entidades sociales un factor de dinamizador que permite, en determinadas circunstancias, responder de inmediato a las necesidades que surgen a diario. Y desde lo cual es factible, además, evaluar mejor la respuesta y eficacia de las políticas públicas. Evaluación y contraste con las realidades en las que actúan las entidades de acción social, lo que estimula, a su vez, la exigencia de actualización de medidas y políticas. De forma que ello permita abordar mejor la lucha continuada para erradicar la exclusión y promover sociedades decentes a la atura de los tiempos.