Cuando se escriben estas líneas es difícil saber qué ocurrirá en los próximos días, tanto en el desarrollo de la invasión de Ucrania como en los débiles avances de las negociaciones para acabar con los dramas personales que viven sus ciudadanos. Lo único cierto es que la invasión ha desbaratado todas las agendas y planes inmediatos, abriendo una crisis global que acelerará la reconfiguración de los escenarios geopolíticos en el primer tercio del siglo XXI.
En estas circunstancias, donde los temores por una posible confrontación a mayor escala no se ven como imposibles, es necesario analizar, día a día, cuáles son las previsiones más plausibles. A sabiendas que es probable que al día siguiente tales análisis deban ser reformulados.
Con ese talante es como se quieren abordar ahora las consideraciones que es prudente realizar. Pues es probable que el día 21, cuando se celebre la sesión, los ponentes y asistentes tengan delante nuevos panoramas que en este momento es imposible prever.