ENVEJECIMIENTO, DETERIORO COGNITIVO Y DEMENCIAS

Dentro del Eje Temático de Envejecimiento y Salud era obligado abordar, tras la pasada sesión dedicada a Envejecimiento y Fragilidad, los problemas derivados del deterioro cognitivo y las demencias que se van a ir incrementando al compás de la mejora de las condiciones de vida y el incremento de las esperanzas de vida. Tales problemas y sus crecimientos se están ya cuantificando, pues según la Organización Mundial de la Salud, la demencia afecta ya, a nivel mundial, a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos, calculándose que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre y sufrirá demencia en algún momento de la vida. Y se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050. En España, hay 700.000 personas entre los mayores de 40 años que sufren demencia y se espera que en el 2050 el número de enfermos se habrá́ duplicado y se acercará inexorablemente a los dos millones de personas.

De demencias, que no es más que un término genérico para referirse a varias enfermedades, que afectan de forma progresiva a la memoria, a distintas capacidades cognitivas y al comportamiento, y que interfieren notablemente en la capacidad de la persona para llevar a cabo las actividades cotidianas, cuya forma más común la enfermedad de Alzheimer, es preciso, por tanto, hablar en esta nueva sesión del Ciclo Envejecimiento y Desarrollo Humano. Pero también de su prevención, abordaje, terapéutica y del sufrimiento que genera, tanto en los pacientes como en sus entornos familiares y sociales. Y que propiciará, a la postre, el que se tengan que ir articulando nuevas políticas públicas y pautas sociales que traten de paliar sus repercusiones en los ámbitos personales y colectivos.