La Ilustración clásica, en su búsqueda utópica de la liberación de los seres humanos, ha producido una aceleración temporal, tratando de acortar el sacrificado proceso de construcción de un paraíso en la Tierra. Pero hoy hemos tomado consciencia de que esta intensificación temporal ha producido una sobreexplotación, tanto de la naturaleza como del ser humano mismo y de los recursos del Planeta.
Se hace necesario incorporar, por tanto, el respeto tanto de la Tierra, como a sus seres vivos y a nosotros mismos, mediante una desaceleración del proceso ilustrado clásico, y una recuperación de formas de vida donde se introduzcan factores éticos y estéticos, junto con un renovado respeto por el mundo natural, que hagan posible evitar la peligrosa escalada a la que hemos llegado.